Consecuencias cambio temarios oposiciones docentes



Indicar que el  temario actual data de 1993 y se puso en vigor en 1994. Yo me presenté a las oposiciones de 1992 y 1993 con el antiguo temario de 86 temas y en las puertas de los institutos, ya en junio de 1993, (todavía no existían las competencias de Educación por autonomías) había repartidores de propaganda de las grandes academias facilitando el nuevo temario para prepararlo a partir de septiembre.
El temario actual fue aprobado por el Gobierno del PSOE de Felipe González contando con el apoyo de los nacionalistas catalanes y vascos y, sobre todo, el de los sindicatos, y se dio unido a un nuevo sistema de acceso que daba ya a las autonomías las competencias para diseñar el ejercicio de oposiciones y las listas de interinos. Esta unidad entre partidos y sindicatos se había fraguado durante la aprobación de la LOGSE, enfrentada a la entonces minoría del PP. El temario tenía dos partes: un temario común de 25 temas sobre la legislación y el currículo, y el temario específico de cada especialidad. Cuando ganó el PP en 1996, mantuvo la LOGSE, el sistema de acceso y el temario.
A comienzos  de este siglo cuando empezaron a alzarse voces reclamando el cambio de sistema de acceso y con él, del propio temario, aduciendo la necesidad de crear un sistema de acceso más justo y un temario más acorde con algunos cambios en las diferentes especialidades. Tanto el PP, como el PSOE (y luego Ciudadanos, tras su fundación) han apoyado estos cambios intentando buscar un consenso que nunca se ha producido hasta ahora. Tanto sindicatos como Izquierda Unida (como ahora también Podemos) han abogado por el mantenimiento de temario y sistema de acceso, por entender que esto favorece a los interinos, pues llevan años estudiando este temario y promulgar uno nuevo les generaría más problemas que beneficios.
Fue  Zapatero quien desde el Gobierno PSOE lanzó por fin un nuevo borrador para su discusión y, en pocos meses y sin consenso, decidió aprobarlo, aunque ya hubiera perdido por entonces las elecciones de 2011 frente a Rajoy. Irónicamente, el temario se publicó en el BOE el 28 de diciembre (Día de los Inocentes) de 2011. Las elecciones habían sido dos semanas antes. Tal urgencia del Gobierno en funciones de Zapatero condujo a que, incluso en los temarios, hubiera errores graves. Por ejemplo, en el de Lengua un tema (el de cohesión) estaba repetido. Era un despropósito absoluto.
Puestas así las cosas, afortunadamente, la primera medida que tomó el Gobierno de Rajoy fue derogar ese temario, volviendo al temario de 1993.
¿Por qué no se aprueba el nuevo temario de oposiciones nunca?
Desde entonces, los rumores de cambio de temario se han producido de forma constante y siempre unidos al cambio del sistema de acceso. Como sabemos, tres partidos (PSOE, Ciudadanos y PP) abogan por la creación de un sistema parecido al MIR (que en la realidad es decir poco, pues cada partido lo entiende de una forma distinta) y Podemos se mantiene en contra. De Vox todavía no se sabe nada.
¿Y entonces, por qué no se aprueba el cambio de temario nunca?
Hay varias razones. La primera razón es que el cambio de temario va unido al cambio del sistema de acceso y esto es muy difícil de consensuar y mucho menos con la inestabilidad política que sufre España desde 2011. Imposible que los partidos se pongan de acuerdo en este terreno porque, desgraciadamente, la educación es hoy el terreno de litigio más importante de nuestro país. Y nadie va a dar su brazo a torcer. Solo un Gobierno de amplia mayoría o con grandes consensos puede efectuar una reforma seria en este sentido. Se puede improvisar una chapuza, desde luego, pero sería un esperpento aprobar un temario y un sistema de acceso deprisa y corriendo para que durase tan solo un par de años o una convocatoria y fuera derogado por el siguiente Gobierno. La inestabilidad política y la responsabilidad, por tanto, paraliza la acción legislativa en estos momentos.
 Y también la otra razón, y la más importante, es la oposición frontal de los sindicatos a estos cambios. Los sindicatos entienden que su función es blindar las condiciones laborales de los interinos. Ni la mejora del sistema educativo, ni los derechos de los alumnos, ni nada está por encima de este interés de los interinos. Y a los interinos no les interesará jamás ni un cambio de temario, ni un cambio en el sistema de acceso porque con el actual están muy cómodos. En las oposiciones se blinda desde hace décadas que más del 75% de las plazas sean para interinos. Esos son los datos reales. Un cambio en el sistema de acceso o en los baremos (que es justo lo que anuncia el modelo MIR) pondría en peligro estos intereses. Y no hay Gobierno en España desde hace cuarenta años que haya legislado en Educación contra los sindicatos.
Estas son las dos claves esenciales de la situación.
¿Entonces qué temario de oposiciones habrá para 2020 y 2021?
El Gobierno de Sánchez ha lanzado un borrador desde hace meses y hay muchas personas incluso preparando los temas del mismo. Pero los sindicatos ya han manifestado que quieren que se mantenga el temario al menos hasta 2021 y el Gobierno actual es tan débil que ni siquiera en enero de 2019 tiene garantizada la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de este mismo año. Por ello, parece lo más seguro que, salvo medida temeraria y aventurera (que también es posible) y sin consenso, no habrá cambio de temario. No creemos que Sánchez se vaya a poner en contra de los sindicatos y apruebe en solitario un nuevo temario. Por ello, creemos que se mantendrá el temario al menos hasta 2021.
¿Pero y si a pesar de todo, el temario cambiara? ¿Qué ocurriría?
Lo más probable es que el temario se mantenga. Pero, si cambia, será ya para 2020. En este caso, si hay responsabilidad por parte de los gobernantes, tendríamos nuevas noticias ya en abril o mayo y en junio el temario estaría aprobado para que al menos hubiera un año para poder preparar los temas. No creemos que se vuelva a repetir el despropósito de 2011 cuando se pretendió cambiar un temario a menos de seis meses de las oposiciones.
Si en junio de 2019 se cambia el temario, hay que tener en cuenta varios factores para tranquilizarnos. El primero es que todos los opositores estarán en la misma posición. No es que sea “mal de muchos, consuelo de tontos”; sino que una oposición es un ejercicio siempre relativo que opone unos opositores a otros, por lo que al estar todo el mundo en una nueva situación, no se perjudicaría, en teoría, a nadie.
Esto en realidad es relativo, pues las personas que ya tengan preparado el temario actual perderían lógicamente una parte de su ventaja adquirida durante meses de esfuerzo, ya que se haría tabla rasa y sin embargo, un opositor antiguo ya habría realizado esfuerzos grandes con el temario anterior que ya no servirán para nada y un opositor nuevo, simplemente empezaría desde cero y no desperdiciaría ningún esfuerzo previo. Esta es la razón, por la que los sindicatos son reacios al cambio.


Comentarios